domingo, 26 de agosto de 2007

Fallo

“... J.T. es un hombre normal, común y corriente, buen padre de familia, estructuró su vida y luchó por ver a sus hijos, tuvo que demandar las visitas, las que obtuvo con costas en perjuicio de la parte querellante, no es cierto que no existe una motivación, la madre quiere que se aleje al padre de la familia, lo dice la carpeta de Fiscal, de la vida de los niños, ella contrae nuevo matrimonio y los niños le dicen papá Juampi al segundo marido, hay motivación; J.T. tiene una particularidad, es de una corrección extrema, 17 años empleado bancario, interrumpida bruscamente su carrera en el banco, hoy día se encuentra sin trabajo, nadie lo contrata, ha sido un hombre preocupado de sus niños, de ordenar su vida en torno a ellos, nunca estuvo solo en su departamento siempre estuvo presente una nana cuando estaban los niños ahí, es un hombre decente, psicológicamente sano, tiene una vida sexual común y corriente, nunca ha tenido un comportamiento perverso, no ha experimentado y no ha tenido tendencias homosexuales, van a escuchar a las dos últimas pololas del señor T., dispuestas a narrar su propia intimidad y contar cómo era la vida sexual del señor T., no existe ese perfil de derecho penal de autor, por ejemplo que es narcisismo, éste, en el señor T., es porque le gusta hacer deportes e ir al gimnasio y desde ahí se construye el argumento que permite sostener esta acusación no tiene el perfil descrito por la Fiscalía que constituye el argumento de la acusación, en consecuencia, el perfil psicológico de la Fiscalía es una debilidad probatoria, la incapacidad de probar directamente las imputaciones, por eso él declarará en el juicio, pero no es eso el objeto del juicio, éste es si violó o no a su hijo J., si lo penetró o no, por más que él sea muchas cosas, quién no tiene defectos...”

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